Sol verano de plena tarde.
Cantares pájaros. Pájaros que dan cuerda a
un mundo y mates que dan cuerda a otros tantos.
La Borra más que escritos
entretiempos es un desafío propio y parte de una lucha contra la miopía cotidiana.
Una especie de clave-bastón que acompaña
mis pasos en la mirada y en la expresión para hacer de la belleza-lupa una
lente-luna.
Impalpable como el azúcar y dulce en
libertades.
Cada sorbo deja y dá algo de sí;
aunque sea el aliento del próximo que vendrá.
Fragancias de amores naranjas, amores
perros, aprendizajes burros, colores mentas, alturas montañas, distancias
mares, sabores brisas, estaciones-trenes, limones-canelas.
Las palabras magias y también las burbujas
se transforman aquí en una especie de brebaje capaz de multiplicar la
existencia de las mariposas en tan sólo una coma y compartir caricias sílabas
poniendo el acento a los barriletes de ciudad y con minúscula construyendo
puentes mayúsculos para a andar sobre lo andado creciendo en movimiento.
J.
