Cortando cabellos crecen nuevas ramas en el hocico de los sueños. La transportación es inevitable y la habitación magia transforma tiempos contados en arroz. Besos como estrellas y estrellas como versos. Lejanías y cercanías en la misma palma de una mano. Caracolas como espacios de pertenencia a la esencias. Monstruos inválidos o tal vez caminantes, espejan trovas lamentables que para golpes serán pretérito o reconvención cuando no sanción por repetición. El aura vacila y vacilación nada dice. La nada vuelve a ser todo.
Nace en otra era coexistente una forma diferente de medir el compás.
No es un click.
Es un brote de Sol.
J.
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