"Hay que aprender a ser luz".
Luis Alberto
Spinetta.
Simplemente un día todo lo unido
puede volver a su lugar. Así, separadito como estaba antes de encontrarse.
En aquélla bisagra mágica que
ocupa tan solo un instante de universo; allí es dónde nacen las libertades
violetas, cuando casitodo se transmuta. Años luz de bocetos para descubrir
la divergencia. Llegar. Nada fácil. Con amor y
con dolor.
Ahora le llevará soles explicar y
transmitir la importancia o el significado profundo de su hallazgo y fundamental
aporte a la emancipación galáctica.
Existen infinitas libertades como
colores. Eso, lo sabe desde el principio de la existencia o incluso antes. Su corazón es una especie de brújula
hacia ellas y elige transitar para encontrarlas, amasarlas, aprenderlas,
contarlas, multiplicarlas, compartirlas, vivirlas e inventarlas. A través de las palabras que tal vez no sean más
que los granitos de arena; les alas y brazos y abraza mundos
y más mundos y al mundo y a quién sabe quién.
Entre tambores se memorian,
luchan, se escuchan, respiran, juegan y
se tocan también.
Habitan la piel.
Crepúsculos
almíbares algarrobo; cáscaras árboles, vapores alientos, vapores necios.
La humanidad aún no la comprende
pero para su suerte hay seres humanos que si.
Hay más.
J.
.
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